Para mi la Mayahuel es una diosa que me inspira y que la rodea el misticismo de la leyenda del nacimiento del maguey a partir de un trágico amor entre Mayahuel y Quetzalcóatl y la leyenda de los hijos de la Mayahuel quienes son los 400 conejos (400 es el número infinito en la cultura nahuatl). Se dice que cuando tomamos la bebida ancestral el mezcal su sentimiento al momento de beberlo es poseído por un hijo de Mayahuel, por eso cuando estamos felices nos sentimos mas felices, cuando estamos mas tristes hay más tristeza y así sucesivamente.
En mi infancia, viví en el Estados de Hidalgo, donde los paisajes son llanos de magueyes gigantes, me enamoraba de los paseos familiares rumbo a Teotihuacan, donde tuve mis primeros acercamientos con la cultura prehispánica y su extraordinaria forma de vida y de cosmogonía ante el universo, ya de adulta tuve la oportunidad de viajar a Oaxaca donde los paisajes me recordaban la infancia, pero al conocer el mezcal, su sabor inigualable con notas de humo, maguey, tierra, euforia. Fue así como conecte mi vida con la Mayahuel.
Dentro de mi obra gráfica, cada vez más crece la colección en honor a esta diosa, los elementos que se encuentran principalmente son el maguey y sus hijos conejos. En la última colección de linóleos de "Hija de Mayahuel I,II, III" me atrevo a representar sus hijos pero con distintos animales mexicanos, ya que sus hijos son indefinidos e infinitos como los sentimientos. La colección de grabado en metal como "Mayahuel Oh Mayahuel" y "Mayahuel y sus hijos" represento la sensualidad y como en mi imaginario luciría, con su corona de flores de quiote, con ese suspiro son sabor a mezcal, sus ojos cerrados que representa la confianza de ser mujer y amorosa madre en símbolo de paz, abrazándose a si misma en símbolo de amor propio.
A ti Mayahuel, diosa de tierra, diosa de leyenda.
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